25.11.05

Etapas

Llega un momento en la vida en el que te tienes que posicionar. Ya no puedes jugar a ser un niño, un buen salvaje, y tienes que aceptar que eres heterosexual, ateo, dogmático, indeciso, intransigente, calzonazos, liberal, ácrata, conservador, intelectual, pragmático, consumista, comunista, carnívoro, militarista, ecologista, votante, cefalópodo, del Betis o del Sevilla.

Y, en el caso de ser mujer, has de decidir qué tipo de mujer eres. En cuanto pasas de la etapa adolescente a la eda adulta (?) empiezas a verte de otro modo, pero siempre hay algún hecho personal que te hace Sentirte Mujer, en contraposición a Ser Una Chica.
¿Y cuando pasas de la treintena? ¿cuando te acercas a los 40? Hay una serie de estereotipos de los cuales cuesta escapar, y te vas comparando inevitablemente con compañeras de trabajo, antiguas amigas de colegio, vecinas, la señora del colmado... Un frustre que tuvimos mi ex y yo fue cuando nos dimos cuenta de que Los Simpson eran más jóvenes que nosostros ...con lo cual nos empezamos a ver como la pareja de treintaypicoañera y cuarentón que debía dejarse de rollos moteros y macarras y ponerse a vivir como la secretaria y el contable que éramos (somos).
A veces me da por pensar qué tipo de mujer soy, o cómo me ven desde fuera. Sé que en el trabajo doy una imagen bastante eficiente y profesional, aunque me han ido cazando algún punto friki de vez en cuando. Creo que, como además la mayoría de mis compañeras tiene entre diez y doce años menos que yo, me ven como una mujer asentada, madre abnegada y perfecta ama de casa en mis tiempos libres (aunque saben que no me gusta mucho cocinar porque llevo pco Tupper al curro ;-)
Esa imagen haría descojonarse a mis amigotes de marcha que no me conocen bien, que sólo me conocen en la faceta petarda, ligona minifaldera o guerrera... mientras que en otros entornos soy la amiga intelectual, buena acompañante a eventos y exposiciones varias y conversadora amena. Mis amistades intelectuales me suelen preguntar por mis andanzas petardas y nuevos amoríos, como mi parte exótica, ajena a su mundo.
Me encanta disfrazarme de vez en cuando de Secretaria Modelo, con el look adecuado y con mis taconazos. Me lo tomo como los disfraces de pornochacha enfermerita todo tipo que me voy poniendo según el ánimo, pero el de SuperSecre además te da un poder especial sobre los hombres... hasta que se derrumba el mito ;-)
Y, por supuesto, de vez en cuando hago de maruja total, haciendo la compra y limpiando la casa, yendo a reuniones de padres o ayudando a montar la fiesta de navidad en el colegio. O de estudiante en algún curso, donde no saben de qué vas y sólo les interesan tus comentarios en clase y charlas de la pausa de café.
¿Cuál es mi esencia? ¿Cómo definirme? De momento procuro no mezclar mis contactos laborales con los personales -salvo en casos de mucha confianza- para que no se sobrepongan demasiadas versiones o me pillen en una faceta que no toca. Hace años petardeé demasiado delante de una compañera de trabajo muy joven pero muy pacata pese a su rollito hiphopero, y la tía no se podía creer lo que veía con sus propios ojos. Otra vez alucinó la monitora de actividades extraescolares de mi hijo, al toparse conmigo en una discoteca con mi Motero y luciendo escote y taconazos... cuando me conocía sólo de ir a recoger al niño.
He aprendido a controlar mis estados mentales y mis "personalidades" para que se produzcan cada vez menos choques: La sociedad actual rechaza a las personas que no se entienden con facilidad, a las conductas o los físicos incómodos para el espectador. Y eso me interesa, me fascina, y juego con ello a menudo.
Ayer estuvimos hablando de la conciencia del cuerpo y cómo lo entienden distintas sociedades, distintas personas, distintas edades. El cuerpo anciano es tabú, con la excusa de la estética. El cuerpo infantil también es tabú, con la excusa legal y moral. El cuerpo obeso es tabú en la mayoría de Occidente, y de hecho se considera una parafilia tanto la gerontofilia como la "obsesión por gordas" -con lo cual, pese a estar mal visto, genera dinero y oscuros placeres. NO, ayer no entramos en todo esto en clase, estábamos hablando del desnudo artístico y el publicitario en sociología del cuerpo y yo saqué el tema del tabú del cuerpo anciano... y me quedé con mis reflexiones para verterlas aquí. Y las ganas de comentar una película que pensaba que saldría en el seminario, pero nadie la mencionó (estoy intentando intervenir menos, que al final me entra complejo de Pepito Grillo o de Mirusté)
Lo que sí dije al hablar de estereotipos, fue cómo la dualidad Curvas = Sexo, Chabacanería, Poca Inteligencia / Delgadez = Refinamiento, Estilo, Intelectualidad no se quedó atrás en la época del Art Nouveau o principios del s.XX, sino que hoy en día se sigue esperando que la gente culta sea delgada, en principio, igual que las feministas han de llevar el pelo corto (ya comenté una vez lo graciosamente incómoda que me sentí al encenderse la luz en una proyección de cine feminista y comenzar el debate, al ser yo La Única Hembra Melenuda de la sala) A veces me da la sensación de que esperan que te justifiques por no tener La Imagen Adecuada en ciertos ámbitos, y os juro que me jode. No el tener que justificarme, que no lo hago, sino llegar a sentir esa sensación en un ámbito que me gusta o me interesa. Porque sé que al poco tiempo dejaré de frecuentar ese círculo (artístico, laboral, de ocio, da igual).
Si dejé de frecuentar ambientes siniestros fue porque nunca en la vida me teñí ni creo que me tiña de negro, y me harté de cómo se llevaba el tema en la España Siniestra que conocía (que no fue mucha), comparado a la manera de vivir el Goth y Post-Punk en Inglaterra.
Y he estado a punto de dejar de frecuentar algún local últimamente por las expectativas que parecía que habían, porque ya me tenían catalogada. Pero he decidido que todavía no ha llegado al punto de la justificación.
También me alucina cómo paso de ser Transparente a ser Presencia según la ropa y el humor que tenga. Muy radicalmente. Mi imagen mental de mi cuerpo varía en consonancia a cómo me perciben, y por lo tanto mi actitud muda la percepción exterior de mi cuerpo. El día que me siento monstruosa, no necesito las maquilladoras ni el entrenamiento de Charlize Theron para verme horrenda, repulsiva, y moverme como una ballena varada. Y, en cambio, no me lo pienso dos veces la mayoría de los días para ponerme a bailar en la pista aunque nadie más haya empezado todavía, o para ir a la playa nudista y tomar el sol y sentir la brisa por todo el cuerpo... cosa que teme hacer la mayoría de cuerpos jóvenes que conozco, quizá porque sus mentes no estén en consonancia con la juventud que exhiben en su superficie.
Pues bueno. A lo que iba. Me posiciono.
Creo que sigo con el complejo de Peter Pan que achaco a mi generación (o a los no enmarujados y aún noctámbulos de mi generación)
Creo ser más bien de izquierdas y ecologista, sin mojarme tanto como antes. NO. Sé que soy de izquierdas, lo que no tengo claro es mi partido actual (solía ser Maragallana, por si no se me nota, pero estoy un poco harta, a pesar de lo que me reí con el episodio de la Corona de Espinas)
Soy bastante sexual y sensual en mi vida privada.
Entre los no intelectuales, me consideran intelectual... aunque no lo sea realmente, más bien intelectualoide. Inteligente. Eso sí me considero.
Petarda, también. Uf. Aunque con los años me modero.
Soñadora. Surrealista.
Perezosa. Inquieta. Divertida. Razonable. Puntillosa... a veces. Empática. Diplomática. Aveces tozuda.
¿Arisca? NO ;-)
Me he cansado.
¿Y tú? ¿Cómo te defines? ¿Cómo crees que te ven?

2 comentarios:

laceci dijo...

Bueno, pues te ha quedado bastante biográfico. Efectivamente pareces lo que defines, así que has cometido el mismo error que he cometido yo de desnudarme en mi blog y mostrarme tal cual soy.

Bienvenida al club de los pardillos!!

A mi este blog no me gusta ni tú tampoco, sólo vengo a leerlo para ganar visitas...

:-P

Okok dijo...

Pues vaya chasco te debes llevar, porque nunca te paso a ver :-P