(Por petición popular): Breve resumen de la mesa redonda de ayer con alguna reflexión entrelazada.
La mujer fatal representa una amenaza al hombre. Es turbadora, ambigua, provocadora, transgresora, animal, explota el poder de su sexualidad y lo ejercita activamente basándose en artificios que le confieren ese toque especial, exótico y lujoso. Conoce, controla y exhibe su cuerpo de la manera más eficaz y en los momentos más adecuados para lograr su objetivo, que no es jamás sentimental, sino carnal o, más habitualmente, de poder. De sumisión del hombre.
Esta mujer mala y provocadora, que utiliza al hombre gracias a su estratégico uso de artes femeninas, no parece ser parte del imaginario colectivo tradicional sino que surge en la segunda mitad del siglo XIX y se va esfumando o quedando en cliché a partir de la Segunda Guerra Mundial. En la mitología clásica o en la Biblia hay mujeres malas, pero no "perversas y divinas" a la vez; Judith, Salomé, no eran inicialmente como se las ha releído a raíz del mito de la mujer fatal, sino meras hembras en una sociedad patriarcal que sirvieron a los designios de los hombres.
En el s.XIX, en cambio, y paralelamente a la emancipación de la mujer, a las sufragistas o a la rotura de clichés por parte de cierto sector femenino, la literatura y el arte transforma mitos y personajes que antes símplemente eran "malos" en perversos. Esto es, "malos con ganas" ;-)
Así, en la segunda mitad del s.XIX hay dos modelos de mujer: la lánguida, enfermiza, pálida y melancólica mujer burguesa, que es una hija, madre, esposa totalmente integrada en el entramado familiar, y La Mujer que explota su cuerpo, que no acepta los roles tradicionales impuestos hasta entonces y que escapa del dominio patriarcal. Ésta es La Otra, la perdición del hombre que, ofuscado ante un súbito estallido de bestialidad y sexualidad desbordante, no sabe cómo reaccionar y queda a su merced, olvidando su familia, clase social, moral...
Bajo la capa de este nuevo hito en el imaginario colectivo se reinterpretan personajes bíblicos, mitológicos... y la sirena ya no es un ser extraño mitad pez/mitad mujer (a veces representadas al revés de como las imaginamos ahora, por cierto, lo cual dejaba su sex appeal por los suelos) sino una ninfa con largos cabellos que con su voz y su sexualidad animal arrastra, literalmente, al hombre a las profundidades de la perdición. Aparece en la literatura romántica la vampiresa, los seres demoníacos, a menudo sexualmente ambiguos (no entro ahora en la novela gótica del s.XIX pero os la recomiendo encarecidamente) y lo que es más novedoso es la atracción hacia estos seres diabólicos. Entrando en el s.XX esta femme fatale se va reconvertiendo poco a poco en la vamp de los años '20 y '30, siendo clara la imagen de las actrices de cine mudo, de nuevo muy sexualizadas en sus gestos y sus maquillajes frente a La Esposa... Se juega entonces mucho con la imagen exótica, las actrices se reinventan sus orígenes para hacerse más misteriosas, juegan con la bisexualidad o con el culto a la muerte como método de provocación y distinción frente al vulgo.
Entre los temas paralelos que se trataron estuvo el de la Lolita o niña fatal, nínfulas demoníacas que aparecen no sólo en la novela del s.XX sino en el arte pictórico del s.XIX, y cómo la moral actual intenta desviar la degeneración hacia la mirada del pederasta o pedófilo, mientras que la intención del artista -¿y de la prepúber o adolescente que juega entre la cándida inocencia que se le supone por su edad y el perverso poder de su despertar sexual que utiliza sobre su víctima?- es claramente otro. También hubo una exposición sobre Carmen (en este caso la de Merimée, no tanto la Carmen Light de Bizet) como mujer fatal Universalmente reconocida, y sus múltiples versiones y relecturas cinematográficas por todo el mundo.
Finalmente, en la tanda de preguntas y comentarios, se intentó llevar esta imagen hacia la actualidad, a la sociedad occidental del 2005 2006. Hoy en día cuesta más encontrar quién es realmente una mujer fatal y quiénes imitan los modelos hollywoodienses. La permisividad moral y sexual de nuestra sociedad y el progresivo cambio en cuanto a modelos familiares de referencia no dan pie a que se tilde tan fácilmente a alguien de Mujer Fatal, sino como mucho de DevoraHombres ;-) Se ha sugerido como nueva mujer trasgresora y que provoca esa mezcla de fascinación y repulsión a la mujer culturista. Yo apunté el tema de cómo envejece la mujer fatal, y que apenas vemos ejemplos que envejezcan bien (o mueren, o se convierten en caricaturas de lo que habían sido), y cité de pasada nuestras folclóricas (léase por ejemplo Sarita Montiel: ¿alguien asocia ya a su nombre aquella belleza felina de hace unas... eeeuh... décadas?), y me quedé con las ganas de hablar de la trasgresión perturbadora actual de la mujer anciana, o de la mujer grande, claramente obesa, y sexualmente activas y atractivas... pero ya no hubo tiempo ;-)