15.9.10

Incomunicados en el S XXI

Si en el trabajo no se nos ocurriría jamás contratar un servicio de catering, de fumigación o de telefonía tras una explicación confusa por alguien sin identificar, ¿por qué lo hacemos cuando es para nosotros? ¿Cómo podemos aceptar una oferta sin verla por escrito?
La presencia online española, con boina

Si te tomas la molestia de montar una web para tu tienda, bar, local...  ¿por qué no pones un teléfono o mail de contacto? ¿De verdad crees que voy a ir hasta allá físicamente a preguntarte algo, si te acabo de buscar en Google?

Si contestas un mail a un posible cliente, que parece muy interesado en tus servicios, ¿por qué utilizas la autofirma antigua, obligando a que busquen ellos el teléfono actual -tres meses después del cambio de local? ¿Y por qué pones la URL de tu nueva web en tu página obsoleta... sin hipervínculo?

Si tienes un horario fuera de lo habitual, ¿por qué no aparece en ninguna de las 12 secciones de tu fantástica web?

Hace unos meses empecé a procurar que todas las consultas y las respuestas a mis reclamaciones me llegaran por correo electrónico. No es fácil, y aún se me escapan algunas, pero estoy harta de que me cuenten historias y se las tenga que repetir cinco veces a cinco personas distintas a lo largo de dos meses, cada vez que intento que el servicio contratado se ajuste a lo prometido de boquilla. Ahora, si no me lo confirman por mail, no me lo han confirmado y no pago*.

Serán manías mías, pero cuando la gente es incapaz de contestarme una cosa claramente por escrito, prefiero pasar directamente a otro proveedor.

*Es mentira, sigo dejando las reformas del piso en manos de "chapuzas de barrio" recomendados por el vecino del 4º, pero para las empresas medianas o grandes ya no reparo en molestarles hasta que me lo confirmen por mail!
PD: Este post ha perdido el 60% de su contenido antes de su publicación: cuando me sulfuro tiendo a hablar demasiado!

1 comentario:

Poliwhirl dijo...

El 40% que falta suele ser la parte que mejor desahoga.