Tras encargar y traer de londres 1500 globos iluminados desde dentro con un led, nos convocaron a los 5 líderes para darnos las instrucciones y coordinarnos. Las normas eran muy sencillas y nuestro papel era el de repartir los globos de nuestro color, animar a la gente, guiarles hasta nuestro punto de infiltración y lorar que esperen al momento de iniciar la acción sin adelantarse.
Vista general de los globos en la oscuridad (fotograma de BTV) |
Los verdes, bajando la escalinata |
En nuestro caso, además había que subir escaleras discretamente y concentrarse en la parte superior, y luego bajar con los globos ya iluminados.
OKOK @ BTV |
BTV me entrevistó, pero no veo que hayan utilizado la entrevista porque les quedaba mucho mejor las imágenes de la acción, espectacular. A la que me giré tras la entrevista, me tocó bajar corriendo las escaleras y volver a meter a todos los flashmobbers en su redil, la zona superior de la escalinata. Quedó muy bonito, la verdad:
Mis trofeos de batalla |
Fue divertido planear posibles estrategias (alguien sugirió que hiciéramos una formación-tortuga para que no se nos acerque nadie por la espalda, y otra persona lo mejoró diciendo que los de dentro del círculo se asomaran por encima de los exteriores cuando éstos se agacharan... vamos, un descojone de plan. Pero al final optamos por cargar a lo bestia, empezando con los azules! Yo sufrí la suerte de los líderes en batalla, que fueran a por mí y me petaran el globo en seguida, entre varios, así que me dediqué a animar a los verdes corriendo y gritando XDDDDD
Y, pese a que la batalla la ganaran los rojos con sus agujas y cigarros traicioneros, los demás líderes estamos muy orgullosos de nuestros grupos, más civilizados!
Ahora el momento más acojonante fue cuando llegué a la escalinata por la que tenía que subir, con mis 300 acólitos, y vemos que están cerradas con vallas y seguratas. Vale, sonrío y digo que ya hemos llegado para la acción, que somos nosotros los que tenemos que entrar allí y el segurata no sabe de qué hablo. Que la acción era en la plaza, que tenía ordenes de no dejar a nadie subir por esas escaleras. No sólo me hicieron sufrir unos minutos, sino que pidieron refuerzos por el walkie-talkie y mandaron seguratas a la otra escalinata, como si fuéramos terroristas! Al final, los ¿8? seguratas que me rodeaban cedieron cuando lograron confirmación de que teníamos permiso, y nos abrieron las vallas... uf!
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