Día 2.
Empezamos el día ya accidentadito (gastroenteritis súbita de Hugo) por lo que tengo que darme mucha prisa trabajando por la mañana para poderme escapar a la charla de Sir Harry Kroto. Será la velocidad, o la ausencia de elementos incordiantes, pero no tengo ningún incidente especialmente molesto en toda la mañana. ¡Funciona!
Miro a ver si he cobrado la factura que necesito para pasar el mes y no. Pero seguro que han hecho todo lo posible para que lo cobre este mes, y me llegará esta semana... ¿no?
Por la tarde sigo tranquiiiila, tanto que empiezo a ponerme nerviosa :)
Habíamos quedado en que Hugo venía a buscarme para ir juntos al CCCB, a la reunión de "brainstorming" con el grupo del Café Científico.
Sorprendentemente, mi hijo llega algo más tarde de lo normal. Le estoy esperando antes de ir a pelearme con la fotocopiadora de la muerrrte, porque si llega a mi despacho y no hay nadie no sabrá dónde buscarme. Me acompaña con su LEGO, acapara espacio para jugar y cuando ya me quiero marchar (a la 5ª vez que se atasca en 40 minutos) hay que esperar a que recoja toooooodas las piezas, pese a que le avisara unos minutos antes que nos íbamos a marchar en cuanto lograra sacar el último folio arrugado y tiznoso de su escondite. Debe ser porque sabe que a mí también me gusta LEGo y quería admirar debidamente cada pieza por separado.
Salimos tarde del despacho porque vuelve a sacar todas las piezas mientras apago el ordenador, cuando yo le había avisado que íbamos a dejar las fotocopias y apagar el pc. Punto. Cada vez se parece más a una gimkana, ¡qué diver! El autobusero se une a la juerga al no parar cuando le hago una señal. Pero no es un cabroncete amargado, sino otro organizador de la gimkana que quiere que cojamos un bus distinto y corramos bajo la lluvia para llegar a tiempo a nuestra cita.
¿Sigo? ;-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario