Escribo desde
el Ritz de la investigación, como lo llama un amigo biólogo que trabaja actualmente en Granada. Hoy es un día gris, por fin. Ya va tocando cambio de estación, aunque podría haber esperado a nuestro viajecito este fin de semana.
Lo sé, prometí hacer los posts a medida ayer, pero mis planes se vieron truncados y tuve que postponerlos. El de Ceci está casi listo, necesito que arranque mi portátil, que he de admitir que no he vuelto a tocar desde que se negó a cargar hace ya -glups!- un mes casi. Necesito Mi Portátil y no el pc del curro por el tema Bluetooth, vídeo, etc.
Tuve que postponer los posts -y poner los posts postpuestos en en segundo puesto- ya que una amiga me pidió ayuda para acabar un trabajo universitario, configurar y reordenar cosas del trabajillo, hacer una lectura crítuca de todo el proyecto y pasar de Excel a Word la información que algún bienintencionado amigo le dio "en una hoja de cálculo". No está muy al día informáticamente, pero olé sus huevos por aún así estudiar online una carrera, con pocas asignaturas presenciales. La horita escasa acabó siendo unas cinco horas, como suele pasar cuando algo "está ya casi hecho" y pasa una revisión exhaustiva. Por lo tanto, de momento no hay posts.
Leo el
post intimista de cierto blogger infame y me identifico con su estado de ánimo. De hecho, leo el post lentamente, a trozos, dejando la pestaña abierta y trabajando, o posteando esto, y volviendo a leer un par de párrafos más.
Encuentro un autocar ligeramente más barato que el tren para hacer el trayecto Sevilla-Granada, y con un horario más combinable con nuestras intenciones. Llamaré a ver si se pueden comprar los billetes por teléfono, pues vía web no he encontrado el lugar. O que me los reserven hasta mañana, no sea caso...
Ya tengo las entradas para la Alhambra, las compré la semana pasada. Sesión de las 4 de la tarde. Rebaño de ovejas. Palacio que visité cuando tenía unos 5 años más de los que tiene mi hijo ahora, y quería volver a recorrer.
Sale el sol.
O. no responde a mi e-mail, pero sólo hace media hora que lo envié. Debí mandarle uno el lunes, o como mucho el martes. Le dije hace un mes y pico que estaría en su tierra este viernes, y propuso que nos viéramos para tomar una cañita... pero no le he mandado el e-mail recordatorio hasta esta mañana. Uno de sus correos es el del trabajo, otro el personal. En alguno de los dos me leerá (o no?) Si no contesta, le enviaré un sms esta tarde-noche, pero prefiero no atosigarle, igual se mosquea su novia ;-)
Y, sin embargo, me apetece ver su sonrisa. Y no está mal tener un nativo cerca para que me ayude a planificar las cuatro horitas en Sevilla.
Aunque quizá no sepamos de qué hablar, fuera del curro.
Busco una foto de la Giralda, y por primera vez enlazo directamente a su URL, en lugar de gastar una más de mi número de fotos disponibles en Blogger o en mi(s) Flickr. Ya puestos, la Alhambra también. Pongámonos serios.
Si tuviera un poco menos de trabajo, haría ahora uno de vuestros posts. Lo peor ha pasado, el martes nuestra jefa nos invitó a comer a otra secretaria/técnica de gestión y a mí en agradecimiento de las horas y el trabajo invertido estas últimas semanas.
Pero, os lo aseguro, me hace gracia lo de los posts a medida. Y los tengo escritos, algunos al menos, en un papel. Con un Pilot rojo, que por algún motivo es con lo que escribo habitualmente desde hace dos meses.
Aún no he terminado de leer el post de Hugo, el infame. Dudo entre acabar antes su post o el mío.
También dudo si tendré tiempo de hacer todo lo que quiero este fin de semana. Me pregunto si la estación de autobuses estará muy lejos de la Giralda. Y cómo nos lo vamos a montar para ir de un lado a otro a toda hostia y con poca pasta.
Si veis a alguien riendo y contando/cantando las horas que faltan para coger el avión, somos Hugo (el no infame, es decir, el fame) y yo, desde hace una semana.
Termino el post. Pero no publico. Me cambio de pestaña y leo las últimas frases de Hugo, el otro:
Curioso el deber con respecto a lo que se hace finalmente, todo sería más fácil si lo corrigiera WordPress el solito. ¿Y si corrigiera también mi vida? Un eterno draft.
Llevo 100 minutos escribiendo, creo que ya está bien.
Pienso en París.
No es tan capullo como cree.
Casi nadie lo es.
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