Fin de semana de miedo.
Pero no por la cucaracha gigante que amenaza a Hugo en el vestíbulo del CCCB, sino por la megafiesta del domingo, en honor a mi sobrino, y en la que me habían involucrado (la madre del homenajeado no tuvo que hacer nada, los canapés y demás comida para más de 40 personas nos tocó a mi madre y a mí -desde las 9 de la mañana currando para la fiesta a las 4!-; colocar las mesas y sillas, con sus correspondientes mantelitos, alrededor de la piscina fue entre mi padre, Hugo y yo; servir el buffet: los cuatro pringaos más algún invitado y el padre del homenajeado, y finalmente Hugo hizo de camarero pasando bandejas por las mesas, ya que no se levantaba nadie gracxias, en parte, a la barra libre de birras bien fresquitas y de sangría hecha por un auténtico barman, en vez del garrafón habitual.
3 comentarios:
La sangría, efectivamente, causó estragos ;)
Panda de borrachos...
Sí, pero YO mantuve el tipo. Hasta me aproveché para asustar a Eva con un mensaje en plan borracha descontrolada, y una llamada de Hugo después de recibir su respuesta (Qué bien, pero no bebas más, ¿eh?).
Hugo entró en la broma llamando a Eva y diciendo "Oye, que ¿en qué parada nos tenemos que bajar para ir a mi casa? estamos en el tren y mi madre está dormida"
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