Consciencia física. Sientes tu cuerpo ganar presencia. Se apodera de tu mente y le obliga a doblegarse a sus impulsos. Reconoces y sientes plenamente cada célula. Eres consiente de la posición exacta de cada músculo, de su aspecto externo y de cómo repercuten las partes en el todo. Esa consciencia se va extendiendo a las células nerviosas, llenando tu mente de sensaciones contradictorias. Frío. Calor. Comodidad. Incomodidad.Postura forzada. Naturalidad. Placer. Dolor. Decenas, centenas, miles de microexperiencias físicas que van fundiéndose, concentrandose en uno, dos puntos localizados de tu cuerpo. Esos puntos son los que están en contacto con otra masa corpórea, con una fuente de calor que absorbe tu energía, te limita a esos mínimos puntos de realidad. De percepción. De reconocimiento. De existencia.
La mente se fuga a través de esos dos, puntos únicos donde se concentra toda percepción sensorial, y te vuelves ligero, gaseoso, acuoso, indefinido. Flotas, te meces en el aire, todos esos huesos y músculos y conexiones nerviosas desaparecen misteriosamente, demostrando finalmente que el alma existe, llámese espíritu, llámese aliento vital. Asciendes y desciendes en espirales de energía, te fundes con otras almas, otros seres que también abandonaron el lastre de la física y la química y se muestran como son en realidad. Puntos de luz. De energía. Conocimiento pleno. Placer puro. Descarnado espíritu.
Intoxicación. Atemporalidad. La fusión con otras almas te confunde, te hace perder tu yo, te diluye en un universo en eterno movimiento. Ráfagas de ideas atraviesan el aire. las intentas captar, las intentas agarrar... pero cómo puedes hacerlo, si ya no sabes qué eres, quién eres. La pérdida de tu conciencia del yo te asusta, te aterra, te aferra al primer resquicio de realidad que vislumbras. Oyes algo. te aferras al sentido del oído, y a través de él redescubres el resto de tus sentidos, que te guían a tus órganos sensoriales, te reencuentras con tu cuerpo. Agotado, exhausto, consumes el poco oxígeno que queda en tu entorno. Y, por un instante, Mente y Cuerpo pactan una tregua. Silencio. Descansa.
2 comentarios:
Nice that my birthday inspired all this!
Well, more likely the n-th attempt to contact via telephone and then the cyber pcs collapsing every now and then...
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