Te estaba observando la otra noche. La imagen de la melancolía, el d.j. sentado en el suelo, en un rincón oscuro de la discoteca mientras pincha 'el otro'. La cabeza gacha, entre las manos.
Tú que eres incombustible. Tú que me has animado con un par de frases al vuelo en mi primer cumpleaños sola. Tú que me demostraste en ese momento que no sólo me hablabas por ser la novia de...
Pasé por tu lado, pero por timidez (sí, quién lo diría...) no te dije nada.
Al cabo de un momento, preocupada. No te había visto así, y eres especial aunque no lo sepas... Di la vuelta a la pista y volví, a ver si seguías igual.
Me senté a tu lado. Nos miramos. Puse mi mano sobre tu rodilla un rato. Vi que entendías que no estabas solo.
-¿Estás bien?
-Sí. Cansado.
-Tienes muy mala cara.
-A tope sin drogas... es la misma mierda, pero menos divertida.
-Pero a veces hace falta frenar a tiempo.
Sonrisa, esa sonrisa...
Me levanto, me marcho. No quiero interrumpir tu soledad, sólo sentía que tenías frío. Que estabas lejos de todos. Quizá fue tan sutilmente eficaz como tu frase aquella noche- eso espero ;)
No son muchos, pero hay unos cuantos seres maravillosos con los que apenas hablo, pero me cambian el día cuando lo hago. Espero poder devolverles algún día esa sensación.
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