con 600 euros en la mano, que tengo que pagar en mano a la señora de la limpieza. Demasiada pasta para dejarla por encima de la mesa, aunque ya no haya mucha gente por la oficina. Y la tía no aparece.
Hace hora y media que acabó mi jornada laboral, y hace media hora que hasta me podría haber marchado con la cabeza despejada. Quince minutos más y me largo.
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