8.1.05

Sabiduría popular

Estaba leyendo el blog de una amiga -por casualidad, de las implicadas en mi época goth. No me pude resistir a reflejar esta perla de sangre fría (nunca mejor dicho) y aplicación de sus años de borracheras...

se quedó el coche patinando en el hielo en una pendiente. La verdad es que ahora suena divertido, pero en el momento os aseguro que estaba bastante acojonada. No sé si habeís tenido la sensación alguna vez de que el coche no va hacia donde tú quieres. Como los frenos no le aguantaban empezó a caer para atrás, pero yendo de lado. Intenté recordar todo lo que me sonaba sobre conducir sobre hielo, pero daba igual que girara a la derecha o la izquierda: el coche se iba poco a poco hacia el lado (por suerte hacia el lado donde una preciosa y maravillosa valla fuertota de madera impedía que se cayera al desnivel). Luego pensé que quizás nunca había leído nada sobre conducir sobre el hielo en pendiente. No podía dejar el coche cruzando el camino, así que le pedí a Javi que meara delante de una de las ruedas delanteras (para deshacer un poco de hielo y tener unos centímetros de agarre), lo cual sirvió para poder enderezar el coche hacia el lado de la valla, y dejar libre el camino para quien quisiera intentar pasar.


La historia completa


Hey, I'm proud of you. No kidding!

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