3.1.07

Reposo imperfecto

Bajo mi mesa, en el despacho, tenía hasta esta mañana un reposapiés. Uno sencillito, no de los ergonómicos con bolitas de masaje que encargamos últimamente, sino uno cutrillo como el de la foto.

La mesa que tengo no tiene un frontal que tape cables, reposapiés, etc, sino que sólo llega hasta media altura. Así, con lo feo que es este trasto visto desde el otro lado, y con la caja de aguas minerales que tengo también escondida bajo la mesa, mi puesto de trabajo perdía mucho glamour visto desde el punto de vista de mis interlocutores.

Esta mañana decidí que, al fin y al cabo, casi nunco uso el trasto ése, así que lo puse debajo de otra mesa, una de las pocas que no tenían ni de los modernos, ni de éstos antiguos.

Obviamente, llevo todo el puto día levantando el pie izquierdo y haciendo ademán de ponerlo el el reposapiés, con lo cual meto el ruido de dar un taconazo al suelo y me quedo con la cara de tonta de cuando crees que hay escalón que subir y no lo hay. Parece ser que sí lo utilizaba, aunque de manera tan inconsciente que ni me había fijado.

Volveré a cogerlo (el mío, no seré mala) y colocarlo en el mismo sitio, ya que veo que tenía el hábito arraigado ya profundamente.

Nota: Me gusta mucho más la palabra escabel.


CATEGORIA: MARDITAOFICINA

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay comparación, es mucho mejor apoyar el pie en un escabel, (es el momento del razonamiento estúpido) y te hubieras dado cuenta antes si, en el pie, hubieras llevado un cascabel...
O dejo las drogas o comienzo a dormir, esta última frase es complicada hasta para mi.

Anónimo dijo...

jajaajajajaja

Imagino el ruido CLONK! del taconazo y tú poniendo cara de Martes y Trece, disimulando. :P

A ver quien le "quita" a la gatita el escabel xDDDDDDD