19.10.05

soledad



Hay momentos en los que necesito aislarme. Esconderme. No quiero ver ni oír a nadie. Hasta el tacto de la cama, sofá, suelo me molestan. Me escondo en mi interior, me aíslo en el parque, tumbada sobre el césped a la sombra de un árbol. Cierro los ojos... o dejo la mirada perdida... y me aíslo de todo.

Durante días desaparezco. No estoy para nadie, no hablo con nadie. O, por casualidad, me cruzo con algún amigo y salgo del letargo por unos instantes. Hasta parezco animada, feliz por unos instantes, y ni siquiera sospechan cómo estoy.

Hace años tenía a tres personas que realmente me conocían. Me detectaban este estado de ánimo cuando nadie más lo notaba, cuando finjía estar de puta madre.
  • Carlos se marchó a Brasil y durante años me enviaba postales hechas con sus collages desde diversos puntos del país. Al perder mi piso, perdí el único punto de unión que tenía con él.
  • Patricia se marchó a Inglaterra, seguíamos en contacto por correo y alguna vez por teléfono a través de amigos (yo no tenía teléfono en aquella época). Me podía localizar a través de A.) un bar que ya está cerrado, y B.) una tienda que ya está cerrada, o venir directamente por sorpresa a micasa, que ya está tapiada.
  • El padre de mi hijo, que además era el único capaz de darse cuenta de algún otro estado mental que podía llegar a ser obsesivo, para mí es como si ya no existiera (no me apetece volver a hablar sobre él ni linkar explicaciones)

Me acordé de esto, estando en principio de buen humor, al ir con unos amigos a un local para ver una jam en vivo y encontrarme la contraportada de un disco de un amigo que se suicidó hace años, al menos 12 o 13. Recordé las conversaciones con él y sobre él, cómo estaba decayendo, cómo era preocupante su estado vital. Recordé la última noche, probablemente una de las últimas personas que viera fui yo -y cómo me dijo que se iba a casa, yo me quedé en la discoteca en la que estuvimos hablando, y al día siguiente me vinieron con la noticia.

Y creo que últimamente no me ha visitado esa melancolía extrema. Toquemos madera.

12 comentarios:

laceci dijo...

eso es que te va a bajar la regla fijo!!

enigmas PRESS / Gandica dijo...

Me recordastes esto de algùn momento en mi vida....
Acabo de llegar a una ciudad perdida en el frìo y la neblina.
Esta mañana agarrè un morral, metì lo indispensable y viajè varias horas. Ahora estoy en un hotel. Uno de esos que te hacen pensar: "Bueno pero que hago aquì?". Algo parecido a esa escena de la pelìcula "La Playa".
Estoy esperando que alguien se aparezca arriba de mi ventana con un mapa y me lo de.

- Oye amigo, ve a este sitio.
Pero se que eso no va a pasar.

Un gran cordial saludo.

Zuviëh S.F. dijo...

¿La regla? No, no, es que me echa de menos :P.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que es simplemente porque es una chica mú mú mú rara.

Es parte de su encanto... ;)

Okok dijo...

;·D

Anónimo dijo...

¿Son mis nervios o he leído en otro blog que decías alegremente tu edad? joder... no imaginaba esa cifra, pensaba que era muy distinta...

Qué morbazo me das ahora jjijijiji

xDDDDDDDD

Anónimo dijo...

Pues vaya cambio, antes no tenías teléfono y ahora tienes varios weblogs.
Prometo no utilizar este dato para intentar averiguar tu edad...
:)

Okok dijo...

Nunca la he ocultado... pero sólo la he dicho si venía a cuento.

¿Cuántos creías que tenía?

Anónimo dijo...

diez menos :O

Okok dijo...

Jaaaaaaaajajajajajaja
...
jajajaaaaaaaaaaajajaja

...
jajajaaaaaaaaaajajajajjajaaaaa
jajajaaaaajaajaaaaaaaaaaa

Será porque me rodeo de chicos... digo de gente joven ;·D

Anónimo dijo...

"Jajajaja" lo que quieras, pero yo estoy encantado

así que "juajuajua"

y :) - - gssssgsssgsss!!!

xD

Okok dijo...

XDDDDDD

Mira, ahora noto menos el cansancio post-baloncestil ;·D