Siempre me ha gustado encontrarme algún solitario pintor copiando algún cuadro, absorto en su mundo de colores y formas. En esta ocasión fue especialmente mágico el oasis de tranquilidad que se formaba instintivamente a su alrededor, apenas roto por un curioso aquí, una señora preguntona allá, que inmediatamente volvían a los torbellinos y empujoncillos discretos de una exposición de Hogarth excesivamente popular.
Actualización tras responder a tres personas :P
La exposición, por cierto, es muy recomendable. Siempre me ha sorprendido cómo logra captar la luz en los tejidos blancos, especialmente. SI conocéis su obra, me entenderéis. Y hay unas cuantas series de grabados morales muy divertidas (la decadencia del vividor, el callejón de la ginebra...) donde te pasas horas mirando detalles y leyendo explicaciones. De ahí que me quejara de que hubiera demasiada gente!
2 comentarios:
si alguien se tropieza con él, que se le acerque pausadamente y le susurre: "buen trabajo, Jairo";
estudiamos juntos, hace tiempo, ya entonces era arrollador cuando tenía un lapiz entre los dedos;
Se lo diré, si volvemos a coincidir en alguna exposición.
Realmente es bueno.
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