No es la primera vez que vamos en su coche a Montigalà, un pueblo con una zona de grandes naves donde comprar materiales para reformas y bricolaje y centros comerciales de cosas que se compran a lo bestia tipo Ikea, NoSéQué del tresillo, Leroy Merlin, VaDeBaño, NoSéQué de la cerámica, ya me entiendes. Ah, y por algún motivo, un gran Decathlon, supongo que por si te llevas
Pues bueno, eso. Como el lunes no fui a trabajar porque estaba medio muerta, intentando que la flema agarrada a mis bronquios me dejara respirar un mínimo de aire como para poder toser, y el martes perdí la tarde (laboralmente hablando, porque de hecho está bien el taller) en un cursillo sobre gestión del tiempo (no os riáis!!), esta semana se me acumula el trabajo. EL miércoles, además, volvía a estar "operativo" un jefe que llevaba acumulado mes y medio sin ver, entre viajes, congresos y vacaciones, así que había MUCHO trabajo.
Peeero a las seis menos cinco salía yo de mi despacho, para esperar a V delante de mi trabajo, como quedamos y reconfirmamos una hora antes. Bien. A esperar donde la parada de bus.
Seis y diez. Llamada. Llegará media hora tarde porque está en un atasco. Ok, voy a tomar un café, que hace frío, y vuelvo. no vale la pena subir al despacho, aunque de haberlo sabido antes habría estado un rato más acabando temas en el curro.
Seis treinta. Vuelvo a estar esperando a V en la
Twiteo. Twiteo, twiteo. Y twiteo. se me va pasando el rato.
Seis cuarenta y cinco. NO aparece. Twiteo. Leo tweets. Twiteo.
Siete y cinco. Me empiezo a mosquear. Espero.
Siete y cuarto. Le llamo. Dónde está, me voy y lo hacemos otro día. Casi llora, que lleva hora y media de atasco en la ronda y ya ve la torre Mapfre, está cerca. Vale, espero.
Siete y media. Aparece V caminando, que aparcó donde pudo y me vino a buscar. Mil excusas, de paso me comunica que hoy no han trabajado en mi piso, pero que lo tienen muy avanzado y me dice las novedades desde que me pasé el sábado. Ok.
Ocho y cinco. Llegamos a Ikea. Como vamos con hora y media de retraso, V intenta atajar entrando por la salida y caminando a contracorriente... preguntando a toda persona que se cruzara dónde está la sección de cocinas. Me voy sulfurando.
Llegamos a la zona de cocinas, me dice que lo mire con calma y que si quiero pensármelo y volver no hay problema. Dice que se va al lavabo. Vuelve a la media hora, oliendo a alcohol. Ya me cago en todo porque a) ya me contaron de estas licencias alcohólicas y sus consecuencias y b) tengo que volver en coche con él. Bueno, igual se ha metido un chupito.
Nueve menos diez. Empieza a arrastrar las palabras y a entender menos castellano de lo habitual. Mierda.
Nueve y diez. Empieza a dirigirse a mí en ruso. Doble mierda.
Llega un momento que no logro entenderme ya con él, el buen rollo habitual pasa a mis agobios y sus risas, sus explicaciones sin sentido (me dice que necesitamos cierta pieza, luego que no, luego que sí...) así que calculo yo todo y le digo que si nos falta algna pieza volvemos otro día. Se me ocurre una solución a uno de los problemas de estos días, se lo intento decir y acabo con un "ya hablaremos otro día, tranquilo" y acabo los pasos para hacer la compra (todo anotado, hacen el pedido desde la sección cocinas, luego pago y recojo).
Diez menos cuarto. Camino de la caja me llama Hugo para saber a qué hora llego. Le había dicho que si no llegaba al cierre de la biblioteca, me esperara en el ciberlocutorio donde tenemos cuenta. Le digo que en media hora o así estamos.
Diez menos cinco. La cajera me da el ticket y dice "al fondo, a la derecha, dentro de medi hora aproximadamente le dan los muebles" º_O V aprovecha para comprarse otra minibotellita de vodka o yo qué sé, me ofrece y le digo que no, que estoy nerviosa porque se me hace tarde para mi hijo. Charlamos, aprovecho para hacerle el segundo de los 3 pagos acordados y le pido que por favor no pierda el dinero. va echando bullas en castellano o en ruso a los chicos que sacan los pedidos, por no sacar el nuestro. Me intento divertir con la escena general y no deprimirme. Al menos, no se bebe esta botella al ver que yo estaba de mal rollo.
Diez y media largas recibo los bultos y los llevamos al coche.
Once menos diez salimos del parking de Ikea, no me dejaba ayudarle a cargar los bultos en el coche y creo que éste no jugaba a Tetris. Vamos con el maletero abierto y sujetándole la encimera con un pulpo.
Al rato, mientras conduce y charlamos de sus multas de tráfico, de mis agobios por Hugo, dice que no le suena este camino, y el primer cartel que pasamos nos confirma que íbamos en dirección contraria a Barcelona.
Meeedia vuelta en cuanto pudo salir de la autovía? autopista? y entramos en un pueblo a oscuras donde aún nos dio tiempo a perdernos más antes de girar.
Yo ya casi lloraba. La lágrima se me quedaba en el párpado y me negaba a hablar más, sólo que por favor llegáramos lo antes posible a recoger a mi hijo. "Ah, yo por el mío no me preocupo jjaja" -Ah, pero el tuyo tiene veintipico y vive con la novia, el mío tiene 13 años!
Llegamos a Barcelona a las once pasadas y dice que mejor pasar primero por mi piso a dejar las dos cosas grandes que no dejan cerrar el maletero, yo digo que he de llegar en seguida a donde mi hijo, que si hubiéramos salido a la hora acordada no habría problema pero no podía dejar a un niño de 13 años sólo a esas horas, en un ciber, sin saber a qué hora llego. Insiste en subir lo otro primero, yo ya suelto alguna lágrima de rabia y mal rollo y pienso "en cuanto aparque para subir los trastos, me voy". Al final me dice que ok, que me lleva a buscar a Hugo y él hace solo lo de subir la encimera. Salgo corriendo en cuanto para en el semáforo cerca del ciber.
Hugo está jugando online, le han dejado alargar el tiempo a cuenta de que pagara yo al llegar, y nos vamos a cenar algo rápido allí cerca. Perdemos el último metro y pillamos una taxista borde y novata. Llegamos a casa sobre a una.
Así que mejor no me pregunteis cómo va lo del piso esta semana.
4 comentarios:
santa paciencia que tienes, a las 6.30 me hubiera pirado yo solito al ikea en taxi... lee el coste del error de trias de bes
Parte de la paciencia es porque no es mal chaval y me está haciendo la reforma a muy buen precio, pero...
¿pero, el piso cómo va?
He estado desconectado unos días y me había perdido parte de la reforma.
Para la próxima vez, en Zaragoza también tenemos un Ikea, y, vistos los horarios, igual te da ir allí que venir hasta aquí.
Un beso, y recuerda esa gran frase de los gomaespuma "¿quién me mandaría a mi meterme en obras?".
pd: a mi sólo me ha costado seis meses terminar el baño...
Va, el piso va... no, si va bien, va avanzando, pero más lento de lo prometido (como siempre) y con algún que otro cuelgue...
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