14.6.16

Rompiendo el silencio en Melilla

Hoy, 14 de junio, iré a juicio porque, junto a mis compañeras, queremos romper el silencio en Melilla.

Se me acusa de organizadora de una protesta no comunicada en una zona de seguridad del estado: la valla de Melilla. Como activista, fui identificada junto a otro miembro de la Comisión de Observación de DDHH en Melilla en el trascurso de una acción con lectura de manifiesto de cierre de las  II Jornadas de Frontera Sur – Melilla y Derechos Humanos. Juntos, sumamos 3.000€ de multa. Hoy es el primer juicio por este caso, uno entre tantos contra quienes buscamos romper el #SILENCIOenMELILLA.

En junio de 2014, ante las constantes vulneraciones de Derechos Humanos ocurridas en la Frontera Sur, un grupo de activistas, periodistas, abogadas y defensoras de derechos humanos constituyeron una Comisión de Observación de DDHH en Melilla. Organizaron del 3 al 6 de julio las II Jornadas de Frontera Sur – Melilla y Derechos Humanos, con la intención de dar apoyo a las organizaciones locales de protección de los DDHH, visibilizar la situación ante la opinión pública y elevar un informe a las Organizaciones Internacionales de Protección de Derechos Humanos.

Dentro del marco de estas jornadas se hicieron varias visitas a entidades que trabajan los derechos Humanos en Melilla, entrevistas con personas que estaban en ese momento en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, observación de la situación en diversos contextos y se hicieron unas cuantas performances artísticas y acciones. A raíz de este contacto directo con la realidad de la Frontera Sur se elaboró el Informe de la Comisión de Observadores de DDHH en Melilla (descargable aquí), que poco después se presentó al público y a la prensa y se facilitó al Sub-Comité de Prevención de la Tortura de la ONU, así como al Comité Europeo de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, dando lugar a la visita a la zona del Relator Especial de la ONU sobre la Tortura y otros Tratos o Penas crueles, inhumanos o degradantes unas semanas después de las jornadas.

El 5 de julio se ​realizó la lectura del manifiesto de cierre de las jornadas junto a una performance en la valla de Melilla, en una zona cercana al CETI y al famoso campo de golf de los militares. Este formato de rueda de prensa y lectura de manifiesto no sólo atrajo a la prensa, sino a la omnipresente Guardia Civil, que acabó identificando a dos personas: al abogado que se ofreció a mediar con las fuerzas de seguridad y a mí, como comunicadora, que estaba haciendo streaming en directo de la acción.

Al cabo de unos meses, abogado y comunicadora descubrimos que teníamos una multa de 1.500€ cada una, supuestamente como organizadoras de una protesta no comunicada en un entorno de alta seguridad del estado. El Informe de la Comisión de Observadores de DDHH en Melilla nos ha costado, pues, 3.000€.

Entendemos esta sanción como una medida de presión para que siga imperando el silencio en Melilla.

Porque el silencio en Melilla está protegido a base de persecución sistemática a quienes apoyan a la personas migrantes. La asociación Harraga, que se dedica a la atención socio-sanitaria de los MENAS (menores no acompañados) que viven en la calle en Melilla, lo saben bien. Tan sólo en el último año, pueden relatar cuatro casos:
  • El 27 de mayo de 2015 aparece el cuerpo de Osama, un menor que vivía en la calle, muerto junto al Faro de Melilla. Harraga se reune con los niños que le conocían y pintan unas sábanas para recordar a Osama y poder despedirse de él. Mes y medio después les llega una denuncia de Delegación del Gobierno a los miembros de Harraga y al miembro de la asociación PRODEIN (Pro Derechos de la Infancia) José Palazón, acusadas de actos vandálicos y concentración ilegal y multadas con 1.600€.
  • El 9 de octubre de 2015 a las 22h una patrulla de la Guardia Civil está  agrediendo fuertemente a uno de los menores. Los demás están nerviosos y las activistas de Harraga también, y los agentes amenazan a Harraga a denunciarlas si no se marchan de la zona y "les dejan hacer su trabajo". Cuando la Guardia Civil se llevó al menor, fueron aponer una denuncia a la policía nacional, adjuntando parte de lesiones y grabación del niño contando todo lo que pasó. Les llegó al poco una denuncia a ellas por insultos a los agentes, denuncia que ha acabado archivada tras dos recursos.
  • En diciembre de 2015 acompañaron a la comisaría del CNP a un Menor No Acompañado a poner una denuncia por agresiones a un trabajador del centro de menores. En tres ocasiones distintas se les impide poner la denuncia con excusas varias, acaban yendo a denunciar a la GC, y ésta alerta al educador que iba a ser denunciado, quien se lleva al menor sin haber interpuesto la denuncia. Se les indica a Harraga que la interpongan ellas con la información que poseen. Dos meses y medio más tarde, les llega una denuncia por mentir sobre los hechos,denuncia que ha acabado archivada tras sus recursos.
  • En mayo de 2016 un grupo de menores intenta entrar a un barco todos juntos para evitar detenciones, siendo agresidos con muchísimas lesiones y entre  ellas una cabeza abierta con 10 grapas. Al día siguiente Harraga llevó a los chavales al Hospital para curarles y dejar constancia de dichas agresiones. El médico les dijo que la Guardia Civil le había alertado sobre ellas y dicho que no emita partes de lesiones que pidieran "las chicas de Harraga", por supuestos intereses económicos y que  únicamente buscan perjudicar a la Guardia Civil.
Melilla quiere silencio en torno a la desatención y tortura a menores no acompañados, y Harraga supone un problema.

El mencionado José Palazón, de PRODEIN, acumula multas y retenciones injustificadas, así como la confiscación de dos cámaras (una durante más de un año) por su labor en apoyo a migrantes y su denuncia pública de las actuaciones del estado español en la Frontera Sur. Un caso sonado fue cuando Palazón y dos periodistas de la CNN que le estaban entrevistando fueron detenidos arbitrariamente durante cuatro horas en la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla.

Hay fotoperiodistas que acumulan en un año hasta mil euros en multas diversas y aleatorias por enturbiar el silencio en Melilla. Como los fotógrafos José Colón y Sergi Cámara, que recibieron una multa de 150€ cada uno tras grabar las imágenes de agentes marroquíes golpeando a inmigrantes en un intento de salto el 18 de junio de 2014. Hay activistas que reciben multas sorpresa tras ser identificadas en cualquien momento, con excusas tan surrealistas como "portar una navaja de X centímetros en el calcetín", navaja que nunca existió. Hay activistas que encuentran problemas al entrar y salir de Melilla porque son reconocidas como las que suben a los campamentos a visitar y apoyar a las personas que esperan allí poder entrar en Melilla.

Por tanto, entendemos que el juicio de hoy es uno más en el intento de desenmascarar la capa de silencio en Melilla que se impone a base de golpes, tortura y humillaciones a migrantes y de represión, acoso y denuncias a las personas solidarias que quieren acabar con la impunidad en melilla.

Seguimos, más fuertes, contra la violencia institucional y contra las fronteras.

Se ha acabado el #SILENCIOenMELILLA.


Este texto parte del pensamiento colectivo en torno a la represión
a quien rompe el silencio en Melilla y la frontera sur en general.
Finalmente, en lugar de comunicado compartimos unas reflexiones.



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